1.º de mayo de 2024. Contra todas las guerras y la industria militar que las mueve.

[Por un mundo sin Estados ni fronteras.]

Introducción
Desde la caída de la URSS y el fin de la Guerra Fría, el mundo está actualmente en una fase multipolar. El discurso que nos han vendido de que, en un mundo globalizado, las tensiones internacionales y las guerras disminuirían, es una mentira. Los conflictos armados a día de hoy son una constante en Europa y en el resto del mundo. Además, muchos conflictos siguen siendo consecuencia del colonialismo europeo, y otros tantos del «neocolonialismo» que ha surgido a raíz de los procesos de descolonización.

El motor de la guerra. La industria militar
La guerra es nefasta en todos los sentidos: para la población, que es obligada a ser carne de cañón, para el conjunto de la sociedad y para el ecosistema. Pero nunca para los que viven de la industria de la muerte y se benefician de ella.
Estos últimos años hemos visto cómo la industria armamentística está en auge, aumentando sus beneficios y disparándose en las bolsas. Los principales beneficiarios son los empresarios de la misma, los bancos que las financian y los inversores que las potencian. Todo ello al calor de los preceptos de la OTAN, que exige a los estados que un 2 % de su PIB se invierta en gasto militar. Es por ello que, en España, la inversión en gasto militar se ha incrementado hasta un 1,3 %. Y aún lejos de las exigencias de la OTAN, esta cifra asciende a los 13 400 millones.
España se sitúa en el «top 10» de la venta y suministro de armas, alcanzando en 2021 los 594 millones de dólares, siendo países en conflictos bélicos como Arabia Saudí e Israel algunos de sus clientes.

El discurso bélico de los poderes políticos
Desde los poderes políticos se nos prepara a través de los discursos bélicos para justificar los cambios económicos en que derivará el aumento de inversión en la industria militar. Esto perjudicará al «estado del bienestar» a través de recortes presupuestarios y del desmantelamiento del mismo, lo cual es claramente contraproducente para la clase trabajadora.
Ya durante la pandemia del «coronavirus», se empezó a normalizar que militares saliesen en televisión y en otros espacios públicos con retórica belicista y de exaltación nacionalista. Así mismo, se normalizaron el autoritarismo, el abuso de poder por parte de la policía y el ejercicio del control social. El Estado sigue armado jurídicamente a través de la «ley mordaza» (Ley Orgánica 4/2015 de 30 de marzo, de protección de la seguridad ciudadana) para ejercer la represión contra la acción política de personas y colectivos de trabajadores.
A día de hoy, altos mandos de la UE como Josep Borrell o Ursula von der Leyen introducen en sus discursos cuestiones como la exportación de armas, la economía de guerra o el crecimiento en inversión militar. El gobierno francés, a través de su Primer Ministro o del Ministro de Defensa hablan abiertamente de «economía de preguerra», de envío de tropas militares o de «derrotismo». Países como Polonia o Turquía esgrimen argumentos similares mientras empiezan a materializar el discurso belicista, suprimiendo el tratado internacional europeo que limita las fuerzas militares en Europa.

Los anarquistas contra la guerra
Nuestra posición política como anarquistas es contraria a la guerra y a la fragmentación de la sociedad por los odios nacionales, étnicos e identitarios exacerbados por las economías globalizadas. En un mundo multipolar en que los intereses geopolíticos y la economía capitalista giran en torno a la guerra, la muerte y la destrucción para acaparar recursos y mercados, es más que necesario que los anarquistas difundamos nuestras posiciones políticas antibelicistas entre la clase trabajadora de Europa y el mundo. No solo como medio de concienciación, sino para que los trabajadores usemos los medios que están a nuestro alcance: el boicot, la huelga o el sabotaje, para entorpecer todo lo posible la maquinaria belicista a la que nos están empujando los poderes políticos y la economía capitalista.
Frente al orden militarista basado en la dominación, la explotación, el miedo y la opresión, abogamos por la desmilitarización y la disolución de los ejércitos. Trabajamos en la práctica de la solidaridad y el apoyo mutuo entre todos los trabajadores y su independencia política de partidos e instituciones parlamentarias.

Ni guerra entre pueblos, ni paz entre clases.
Por la anarquía

Acerca de Grupo Anarquista Tierra -FAI

Web del Grupo Anarquista Tierra, federado en la Federación Anarquista Ibérica.
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